Sexo anal: 5 verdades y mentiras


El sexo anal es una práctica rodeada de mitos que suele asociarse con homosexualidad y enfermedades. Sin embargo, es una experiencia que muchas parejas eligen, independientemente de su preferencia sexual.

Carlos Horrillo, sexólogo y terapeuta español, señaló algunas de las mentiras más comunes sobre el sexo anal y reveló algunas verdades que te pueden dejar con el ojo cuadrado.


El sexo anal es para homosexuales

Esta afirmación es un mito, pues el sexo anal puede ser placentero tanto para hombres como para mujeres. El hecho de que algunos hombres piensen que sólo los homosexuales lo disfrutan, tiene que ver con un estereotipo cultural, pues la estimulación anal debería considerarse normal en los hombres sin importar su preferencia sexual. A través del ano los hombres tienen acceso a la próstata, un punto que, si se estimula bien, puede brindar mucho placer y no está relacionado con la homosexualidad.

A las mujeres no les gusta

Horrillo asegura que esto es falso, pues aunque las mujeres no tengan una próstata para estimular a través del ano, el esfínter es una zona erógena de su cuerpo y por lo tanto puede proporcionar placer. Lo importante es que la pareja estimule también otras zonas de manera que la excitación y la relajación faciliten la práctica del sexo anal.

La autoexploración masculina es saludable

El encuentro sexual en sí mismo es beneficioso para la salud, pero Horrillo señala que, cuando los hombres se autoexploran a través de esta práctica, es posible que detecten alguna anomalía en la próstata, como una inflamación llamada prostatitis que tiene serias consecuencias. Para el sexólogo, esto es el equivalente a la autoexploración de los senos que realizan las mujeres para encontrar irregularidades.

Es doloroso

Tanto para hombres como para mujeres, las primeras veces que se practica pueden resultar dolorosas, pues el esfínter no está acostumbrado a la penetración. Sin embargo, el experto señala que la relajación, la excitación y la práctica facilitan la experiencia, además del vínculo emocional con la otra persona. Ayudarse siempre con un lubricante puede ser muy beneficioso.

Es sucio y transmite más enfermedades

Por su propia función, el ano es un área donde se concentran muchas bacterias, por lo que mantener la higiene adecuada antes y después del acto sexual es muy recomendable. En el caso de las mujeres, bajo ninguna circunstancia se debe tener sexo vaginal después de tener sexo anal, pues puede conducir a una infección; será necesario entonces lavar el pene, el juguete sexual o cambiar el preservativo. Adicionalmente es necesario guardar las medidas de seguridad que se tienen en cualquier otra práctica sexual: utilizar preservativo siempre para evitar la infección de enfermedades de transmisión sexual como el VIH, el papiloma, la gonorrea o la sífilis.
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