Es posible que muchos diabéticos estén más familiarizados con términos de su enfermedad como insulina y glucosa, que con otros, como la Enzima que Degrada la Insulina (EDI), con lo cual, hablar de que un equipo de investigadores desarrolló una molécula capaz de inhibir los efectos de esta última es casi como hablar mandarín.
Este avance científico, sin embargo, podría suponer grandes esperanzas para aquellas personas que padecen la forma más grave de la diabetes, la tipo II, en la cual el organismo no puede procesar correctamente la insulina, con lo que la glucosa se acumula en la sangre y termina dañando los órganos del cuerpo.
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