Los 33 mineros atrapados a 700 metros de profundidad en el norte de Chile se despidieron la pasada noche con una emotiva "velatón" (vigilia con velas encendidas) del lugar donde han permanecido desde el pasado 5 de agosto y se preparan para volver a enfrentarse al mundo real.
Con cerillas que les hicieron llegar los equipos de rescate, los trabajadores pudieron encender unas velas con las que dijeron adiós para siempre a lo que ha sido su hogar durante los 68 días que ha durado el encierro bajo tierra.
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