El primer ministro de ese país, John Key, admitió las bajas posibilidades de encontrar con vida a los 29 trabajadores. "Equipos de rescate esperan que la toxicidad se reduzca a un nivel que permita entrar a sacarlos", dijo Key.
El primer ministro de Nueva Zelanda, John Key, admitió que ya hay pocas posibilidades de hallar con vida a los 29 mineros que llevan cinco días bajo tierra, pero no pueden ser rescatados porque es demasiado peligroso.
"Las familias están frustradas, nosotros estamos frustrados, el país está frustrado", lamentó Key, quien ayer todavía creía en un desenlace feliz para los atrapados. El líder neozelandés señaló ante el Parlamento de Wellington que todavía no es posible bajar al pozo donde se encuentran los mineros, pues éste sigue lleno del mismo gas metano que causó la explosión que el pasado viernes derrumbó una galería de la mina de carbón de Atarau en la Isla Sur.
Los equipos de rescate continúan esperando a que la toxicidad del aire se reduzca a un nivel que les permita entrar a sacar de allí a los 29 empleados de la empresa Pike River, tras fracasara la idea de emplear un robot articulado para inspeccionar el interior.
Una explosión en una mina de Nueva Zelanda deja 27 mineros atrapados.
Éste se averió por la humedad a los 500 metros a la mina, y los dispositivos de repuesto enviados desde Australia y Estados Unidos no llegarán hasta la noche.
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