“La mujer que fue apuñalada en el rostro es una afortunada”, consideraron ayer médicos del equipo maxilofacial que la atendieron en el hospital Darìo Contreras .
Sagrario Amaro era maltratada por sus pareja pidió una mayor campaña de concienciación sobre la violencia y sus efectos para las familias y la sociedad en general.
El equipo, compuesto por nueve residentes de maxilofacial del hospital Darío Contreras, ha manejado numerosos casos de violencia callejera y doméstica, pero le resulta difícil olvidar el rostro de Sagrario Amaro, quien llegó al centro centro de salud con un cuchillo clavado en su ojo izquierdo.El equipo participante en la intervención está formado por los doctores Indara Ramírez, jefe de residentes; Yohanna de la Cruz; residente del tercer año, Yecel Mercedes Cabrera, residente dos y Yesenia Mercedes Santana, residente dos.
Elisa Murray, residente dos; Anny Benitez Moreta, residente uno; Gissel Mariñez, residente uno, William Ariel Alvarez; residente uno y Joel Santiago, residente uno, todos estos médicos se preparan para ser especialistas en cirugía maxilofacial.
Ese departamento es dirigido por el doctor Ramón Pichardo.
Para este equipo, lo más importante en el caso de Sagrario, la mujer de 26 años que fue agredida con un cuchillo, es que a nadie se le ocurrió extraerle el arma.
“Lo bueno en ese caso es que el cuchillo no afectó su ojo, porque al penetrar logró un desplazamiento del glóbulo ocular derecho”, señaló la doctora Ramírez. Todos coinciden en que la gente debe colaborar con cualquier herido, pero nunca extraer un cuerpo extraño, pues se puede hacer más daño que bien.
La paciente pudo sufrir una hemorragia o un desgarramiento, dijo Ramírez, al señalar que ese procedimiento supera los RD$200,000.00 en el sector privado. Esa paciente ya está en su casa y es inter-consultada por oftalmólogos del hospital.
“Dios mío, en este hospital hacen gente”, dijo una señora que leyó la historia de HOY sobre la violencia contra las mujeres y que supo que ya esa paciente está en su casa.
La mujer herida en su rostro de gravedad por un ex marido, que luego se suicidó mantiene una estima alta y expresa que vivirá para trabajar por el hijo que tiene y estudiar Derecho en la universidad del Estado.
“Los muchachos hacen ver que la cirugía fue fácil, pero no lo fue, ellos hicieron un excelente trabajo”, dijo el doctor Pichardo.
Tanto Amaro como Viviana Santos, esta última con 43 años de edad, fueron heridas en el rostro por sus maridos.
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