En estos días de Semana Santa, cuando muchos deciden salir en familia a disfrutar de las playas, ríos y piscinas, es importante que como padre tenga pendiente proteger a sus hijos del sol adecuadamente. La piel del niño es diferente a la adulta, por lo que demanda cuidados específicos.
La capa córnea de la piel de los niños es relativamente delgada y los mecanismos que le ayudan a protegerla de los embates del sol no están del todo desarrollados como en el adulto. Es primordial el uso de los protectores solares en los infantes para prevenir daños irreparables en el futuro, como la aparición de lesiones precancerígenas y cancerígenas en la adultez, según explica la dermatóloga y presidenta de la Sociedad Dominicana de Dermatología, Emma Guzmán.
Protector adecuado
La piel del niño puede resecarse con facilidad al exponerse al sol, y más aún si realiza actividades acuáticas, porque las glándulas sebáceas en la piel de los niños no funcionan en su totalidad.
Es recomendable que a la hora de elegir su protector solar, escoja uno que tenga las características de hidratante, que sea resistente al agua y tenga un factor de protección especial para niños a partir de 30, sugiere Guzmán.
Sostiene que los niños son expuestos a radiación UV o ultravioleta, responsable de la mayoría de los efectos adversos ocasionados por el sol, hasta tres veces más que los adultos, pues ellos pasan mucho tiempo al aire libre y sobre todo cuando se trata de disfrutar de los balnearios.
El agua y la arena actúan como reflectores de los rayos UV.
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