La madre de un bebé de meses y de una niña de tres años que se encontraron muertos en una casa de Miramar fue arrestada, según informó la policía.
Sophia Hines, de 40 años, que visitaba el sur de la Florida procedente de Filadelfia, fue acusada de dos cargos de homicidio premeditado.
Sus hijos fueron hallados muertos el miércoles en una casa de dos familias de color rosado, dividida en unidades A y B, y localizada en la cuadra 6100 de la calle 38 del suroeste.
La policía de Miramar sospechaba que algo andaba mal. Poco después de la caída de la noche, la calle quedó bloqueada con la habitual cinta amarilla que indica que hubo un crimen, mientras decenas de autos de la policía con sus luces encendidas se amontonaban frente a la vivienda. Los vecinos se agrupaban afuera tratando de entender lo que había sucedido.
Ruth Stcyr regresó angustiada a su casa del trabajo tras haber escuchado que algo había sucedido en su cuadra. “Tenía que ver qué estaba pasando”, dijo la mujer. “Estaba pasmada”.
A alrededor de las 5:20 p.m., la policía llegó a la casa luego de recibir una llamada al 911 donde se reportaba una “emergencia médica” relacionada con dos niños, dijo Ruth. Cuando llegó la policía, un padre y un familiar llevaron a los agentes a la parte de atrás de la vivienda, donde encontraron a los dos niños inconscientes.
La policía trató de darles respiración artificial, pero no surtió efecto. Rescatistas de Miramar llegaron poco después y declararon muertos a ambos pequeños. Ruth dijo que los niños eran un varón de siete meses y un hembra de tres años. No especificó si los niños eran hermanos.
Marcus, que vive en la parte delantera de la vivienda con su madre y hermanos, declaró a la prensa que estaba a punto de salir cuando escuchó que le tocaban a la puerta. Dijo que una vecina le pidió usar su teléfono. Le dio su celular a la vecina y terminó de vestirse para salir.
La vecina volvió a tocar a la puerta y el hermano menor de Marcus le dijo que la mujer necesitaba ayuda. Salió y la encontró en la calle. La mujer le devolvió el celular y le dijo: “Llama al 911”.
“Estaba como congelada. No dijo nada más”.
Otra vecina, Janae Greenway, dijo que había visto a los niños el día antes.
“Parecían estar felices, como si nada extraño pasara con ellos. Parecía que los cuidaban bien”. (FUENTE: ElNuevoHerald.com)