Un hombre cargaba la cabeza de un decapitado en un carrito de compras en El Bronx


NUEVA YORK.- Es común en la megápolis ver a numerosas personas de ambos sexos, hurgando en los zafacones públicos de basura, para recoger botellas y latas vacías.

La escena, se verifica a todas horas, incluyendo las madrugadas, por lo que no es raro ni sorpresivo.

Pero el tradicional esquema se rompió el miércoles, cuando un hombre que arrastraba un carrito de compras, lo dejó frente a un edificio y se fue del área, según captó el video de seguridad.

Después de él, aparece una mujer que al ver el carrito sin dueño, se lo llevó, pero al parecer lo consideró muy pesado y lo abandonó frente a una bodega.

Llamadas al 911 de comunitarios, que no se imaginaban lo que estaba dentro de ese carrito, alertaron a la policía.

Cuando los agentes llegaron a la esquina de la calle 182 y avenida Jerome, en el vecindario University Heitghts con alta población dominicana, hallaron la cabeza del decapitado.

Los investigadores no dijeron si en la caja que estaba dentro de una bolsa plástica de basura, en la que metieron la cabeza, había otros restos de la víctima.

Los policías se limitaron a decir que el muerto desmembrado era un hombre en sus 20 años de edad y que posteriormente darán más detalles sobre el macabro hallazgo.

Los investigadores tampoco han dicho cuánto tiempo hace que la el hombre fue asesinado. Las investigaciones apuntan a ubicar la escena del crimen.

No se ha oficializado una información sobre arresto de algún o más sospechosos.

La cabeza fue entregada a la Oficina del Médico Forense para la autopsia que determinará la causa de la muerte.

La policía dijo que el muerto es un hombre hispano o afroamericano y está intentando identificarlo.

El hallazgo de la cabeza fue se produjo a las 8:45 de la noche del miércoles en los alrededores de la bodega “Bonoful Grocery”, situada en la referida intersección.

Terry Frazier dijo a medios locales que se acercó al carrito, lo movió y no escuchó el característico sonido del choque de las latas y las botellas.

“No oí ningún clink, clink”, dijo Frazier.

El inmigrante Eugenio Ayala, que reside en el área, donde fue hallado el carrito, se mostró en shock, diciendo que se sorprendió porque la cuadra es muy tranquila. (Diario Libre)
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