Cuatro personas murieron y al menos nueve resultaron heridas el lunes cuando un hombre abrió fuego en un banco de Louisville, la principal ciudad de Kentucky, en el centroeste de Estados Unidos, y difundió imágenes del ataque en directo por internet antes de ser abatido.
Se trata de Connor Sturgeon, un empleado del banco de 23 años, según la policía.
«Transmitió en directo» el ataque, afirmó la jefa de policía de Louisville, Jacquelyn Gwinn-Villaroel, en rueda de prensa.
En un comunicado a la AFP, una portavoz de Meta (empresa matriz de Facebook e Instagram) declaró que la empresa está «en contacto con las fuerzas del orden» y afirmó haber «eliminado rápidamente la transmisión en directo de este hecho trágico esta mañana».
Las autoridades no especificaron el móvil del atacante, pero, según la cadena CNN, le habían notificado que sería despedido y dejó una carta para sus familiares en la que anunciaba que iba a abrir fuego en las instalaciones del banco.
La policía recibió llamadas sobre disparos en las instalaciones del Old National Bank en el centro de la ciudad en torno a las 08H30 (12H30 GMT) y llegó al lugar «en menos de tres minutos», dijo Jacquelyn Gwinn-Villaroel.
Algunos supervivientes se refugiaron en la cámara acorazada, según un reportero de CNN.
«El sospechoso disparó contra la policía, abrimos fuego en respuesta y neutralizamos este peligro», agregó Jacquelyn Gwinn-Villaroel.
– «Acto diabólico» –
Los oficiales «entraron en el edificio sabiendo que arriesgaban sus vidas para salvar a otros», declaró el alcalde de Louisville, Craig Greenberg, en rueda de prensa.
Dos agentes resultaron heridos en el tiroteo. Uno de ellos fue alcanzado en la cabeza y su estado es estable pero crítico tras ser operado, dijo Gwinn-Villaroel.
Nueve personas fueron hospitalizadas, de las cuales tres están en estado crítico, agregó.
Las cuatro víctimas mortales son tres hombres y una mujer de entre 40 y 64 años.
«Fue un acto diabólico», sostuvo el alcalde Greenberg, quien dijo que perdió a un «muy buen amigo» en la matanza.
La víctima, Tommy Elliott, también era uno de los «amigos más cercanos» del gobernador de Kentucky, Andy Beshear, quien le rindió homenaje y denunció la violencia con armas de fuego.
Estos actos «rompen los lazos que nos unen», dijo el gobernador demócrata.
El presidente Joe Biden, que presiona a los congresistas en Washington para que tomen medidas contra la violencia armada, expresó su frustración por estas muertes «sin sentido».
«Demasiados estadounidenses están pagando el precio de la inacción con sus vidas», escribió Biden en Twitter. Y agregó: «¿Cuándo actuarán los republicanos en el Congreso para proteger a nuestras comunidades?».
El atacante llevaba un rifle de tipo AR-15, según CNN, que cita a una fuente de la policía federal.
– Proliferación –
Estados Unidos paga un precio muy alto por la diseminación armas de fuego en su territorio y la facilidad con la que los estadounidenses tienen acceso a ellas.
El 27 de marzo, una persona abrió fuego en un colegio privado de educación primaria en Nashville, Tennessee (sur). Mató a tres niños de 9 años y a tres empleados antes de ser abatido a tiros por la policía.
El país tiene más armas individuales que habitantes: uno de cada tres adultos posee al menos un arma y casi uno de cada dos vive en una casa donde hay un arma.
Como consecuencia de esta proliferación, el país registra una altísima tasa de muerte por arma de fuego, sin comparación con la de otros Estados desarrollados.
Unas 49.000 personas murieron por heridas de bala en 2021, frente a las 45.000 de 2020, que ya fue un año récord, según la base de datos Gun Violence Archive. Esto representa más de 130 muertes por día, más de la mitad de las cuales son suicidios.
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