NUEVA YORK.- Dos policías dominicanos (una mujer y un hombre), denunciaron que están siendo acosados sexualmente por sus respectivos jefes en los cuarteles 25 de Harlem y el 4 del Bajo Manhattan, según han informado en sendas querellas en la Oficina de Asuntos Internos e Igualdad de Oportunidades de Empleo. Se trata de la oficial Lisette Pedrosa (39 años) y el sargento Nelson Fernández.
Pedrosa de 39 años, reveló que un teniente que fungía como su suprior inmediato, le envió un mensaje con una foto de su pene, después que ella rechazara sus insinuaciones sexuales.
Se queja de que el Departamento de Policía (NYPD), no ha hecho nada para detener el acoso que contra ella mantiene el oficial superior y advirtió que por ello, se propone entablar una demanda contra la uniformada y la ciudad.
“Me siento atrapada y no puedo recibir apoyo de otros superiores, creo que he sido engañada”, agregó la oficial dominicana. Identificó al teniente como Salvatore Marchese (45 años de edad), quien desde febrero del 2010, comenzó a acosarla, cuando le pidió a ella que dejara de patrullar en las calles y trabajara con él en la oficina.
“Me dijo que quería que la gente se acostumbrara a vernos juntos”, relata Pedrosa. El NYPD confirmó la denuncia, pero no explicó por qué la investigación lleva más de 1 año sin concluir.
El teniente rehusó hacer comentarios acerca de la denuncia de su subalterna, alegando que no tenía más nada que decir al respecto. Su abogado, James Moschella negó las acusaciones de la oficial, alegando que Marchese será “reivindicado” y añadió que los cargos son falsos.
Empero, una fuente de la investigación dijo al tabloide Daily News que las quejas de Pedrosa, son bien conocidas en el cuartel 25. Al teniente, muchos de sus compañeros de uniforme, lo califican de estar obsesionado por la dominicana.
“El estaba tratando de cambiar sus días libres para que coincidieran con los de ella y usaba su tiempo extra para llegar temprano a la oficina y verla todos los días”, añadió la fuente.
La oficial narró que en mayo pasado, el teniente le tocó las nalgas y que con eso, se rebosó la copa por lo que decidió denunciarlo y poner la querella. El manoseo ocurrió cuando ella buscaba un removedor de grafiti en el sótano de la comisaría.
Después de eso, también ha sido discriminada en el empleo, porque el obsesionado teniente la asignó a las calles, pero para que patrulle sola y a pie. Es madre de tres hijos. Mientras tanto, el teniente se auto titula como uno de los mejores oficiales superiores de ese rango, alardeando que dirige a 60 policías en la Unidad de Operaciones Especiales.
Otros uniformados se preguntan cómo pudo haber sido ascendido y teniendo más poder. “No tiene sentido”, dijeron.
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