Un anciano británico con problemas de visión confundió por casi dos años un contenedor de basura con un buzón de cartas de la compañía de correos Royal Mail. Los cajas tenían la misma forma y ambos estaban adheridos a un poste con una altura similar.
Un día una mujer al percatarse que Alf Spence, residente en Bedale, Yorkshire, colocaba sus cartas en el contenedor de desechos para perros, lo interceptó y le explicó que dicho depósito no era un buzón, por tanto, sus cartas nunca llegarían a su destino.
Al respecto, la hija del anciano de 91 años contó al diario británico “Sunday Sport”: “Le preguntaba a papá si se había acordado de los cumpleaños de los niños y éste contestaba: Si, hay un cheque en el correo. Como no llegaban pensábamos que estaba perdiendo la memoria”.
Al final, Alf Spence se disculpó con la empresa Royal Mail por decir que “extraviaba sus cartas y que su servicio era basura”.
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