La muerte a tiros por la policía de un afroamericano enciende Atlanta


El Departamento de Policía de Atlanta difundió una secuencia de imágenes filmadas por las cámaras corporales y de las patrullas de los oficiales durante el intento de detención del ciudadano afroamericano Rayshard Brooks, tras un control de alcoholemia.

Brooks, que había robado la Taser de uno de los agentes e intentó escapar, murió tras recibir los disparos de uno de los uniformados.

Rayshard Brooks pasó más de 40 minutos dialogando pacíficamente con dos oficiales de policía de Atlanta antes de forcejear, intentar escapar y morir a causa de los disparos de uno de los agentes.

Así lo revela el video de las cámaras de los uniformados difundido por el Departamento de Policía local este domingo 14 de junio.

Lo que parecía un control rutinario de alcoholemia se convirtió en una secuencia frenética que culminó con el fallecimiento de Brooks luego de que se escucharan tres disparos, un hecho que reavivó el debate sobre el uso excesivo de la fuerza por parte de la policía, en especial contra afroamericanos, y encendió las protestas contra la violencia policial y el racismo en Estados Unidos.

Las imágenes reveladas por la policía de Atlanta corresponden a las cámaras corporales de los oficiales y a las montadas en el tablero en de las patrullas.

El agente Devin Brosnan fue el primero en llegar a la escena, respondiendo a un llamado por quejas debido a que un automóvil bloqueaba la entrada al restaurante Wendy’s.

Este oficial encontró a Brooks solo en el vehículo, aparentemente dormido.

Alertado por el agente, el hombre accedió a mover su automóvil y enseñó su licencia de conducir.

Posteriormente, llegó el segundo policía, Garrett Rolfe, para realizar un control de alcoholemia.

El extenso diálogo entre Brooks y los dos oficiales resultó mayormente amistoso.

“Sé que solo estás haciendo tu trabajo”, afirmó el ciudadano afroamericano antes de acceder a la prueba y mencionó que acababa de “tomar unas copas” en la celebración del cumpleaños de su hija.

Rolfe no le mencionó los resultados a Brooks, pero su cámara corporal registra que dio 0.108, una cifra mayor al 0.08 de gramos de alcohol en sangre que es considerado como una intoxicación para conducir en el estado de Georgia.

El agente le dijo a Brooks que había “bebido demasiado para conducir” y le pidió que se ponga las manos detrás de la espalda para arrestarlo.

Allí comenzó un forcejeo, el hombre intentó escapar y los oficiales lo tiraron al suelo, mientras uno le gritó que “deje de pelear”.

La disputa fue registrada por una de las cámaras de la patrulla.

Cuando Brooks intentaba ponerse de pie, Brosnan sacó su Taser y lo presionó contra su pierna, amenazándolo con realizar una descarga.

En ese momento, el hombre le quitó el dispositivo al policía y comenzó a correr.

Rolfe disparó su Taser y se escuchó un grito tras el crujido eléctrico del arma.

Como las cámaras corporales de los policías se habían caído durante la lucha, ninguna cámara registró el final de la acción, cuando Rolfe corrió tras Brooks y se escucharon tres disparos.

Solo una cámara del restaurante Wendy’s mostró que Brooks se dio vuelta y apuntó con un objeto a uno de los oficiales, tras lo cual uno de los agentes atacó al ciudadano afroamericano.

En diálogo con un supervisor tras el hecho, Rolfe aseguró que “definitivamente (Brooks) me disparó al menos una vez”, pero la portavoz de la Oficina de Investigaciones de Georgia, Nelly Miles, indicó que no podía confirmar que eso haya ocurrido.

La autopsia oficial catalogó la muerte de Brooks como un homicidio
En un comunicado citado por medios locales, la oficina del médico forense del condado de Fulton, donde se encuentra Atlanta, confirmó que la muerte de Rayshard Brooks fue un homicidio luego de recibir “dos disparos en la espalda” por parte de un agente blanco.

Según los resultados de estos estudios, Brooks -de 27 años y padre de cuatro hijos- murió como consecuencia de daños en los órganos y pérdida de sangre.

Por otra parte, el Departamento de Policía de Atlanta anunció el despido de Garrett Rolfe, quien disparó contra Brooks, y la baja administrativa dispuesta para su compañero, Devin Brosnan.

Estas medidas se suman a la renuncia de la jefa de la dependencia, Erika Shields, que dejó su cargo tras conocerse los hechos.

La fiscalía de Fulton informaría a mediados de la próxima semana si presentará cargos contra los agentes que intervinieron en el operativo.

En declaraciones a la cadena CNN, el fiscal Paul Howard afirmó que “no parecía que (Brooks) presentara ninguna amenaza para nadie” y sostuvo que “el hecho de que esto escalara hasta resultar en su muerte parece irracional”.

Howard agregó que está considerando imputar a Rolfe por uno de tres delitos posibles: asesinato (que bajo la ley de Georgia implica intencionalidad), “asesinato durante la comisión de un delito” u homicidio voluntario.

El funcionario también hizo hincapié en la primera frase que expresó Rolfe tras disparar contra Brooks: “No dijo que (le aliviaba) haber salvado su propia vida. Dijo: ‘Lo he cazado'».

Con AP y EFE vía France24.com

Post a Comment

Artículo Anterior Artículo Siguiente