La policía del sudeste de Ohio, Estados Unidos, no tuvo que buscar mucho a un asaltante: se quedó dormido en la escena del crimen.
Un hombre de New Marshfield, Ohio, llamó a la policía porque un ladrón había ingresado a su vivienda. Cuando llegaron los efectivos, el dueño de casa explicó que un intruso ingresó en uno de los dormitorios y que no se había movido de allí desde hacía un rato.
Cuando los oficiales ingresaron al dormitorio, encontraron un cuadro que nada tendría de anormal si la persona hubiera estado en su propia casa: el malviviente dormía plácidamente en una de las camas. Un agente de policía despertó al ladrón de diecinueve años y le informó que se encontraba bajo arresto (fea forma de despertar, si las hay).
Se le levantaron cargos por ingreso ilegal y robo.
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