LONDRES- Estudios realizados, demuestran que los bebés que toman leche materna, son menos propensos a tener problemas de comportamiento a los 5 años que aquellos alimentados con leche de fórmula.
Según investigaciones de las universidades británicas de Oxford, Essex y York, se utilizaron datos de infantes nacidos en un período de 12 meses entre 2000 y 2001, y se emprendió un estudio sobre las tendencias en el comportamiento -de más de 10.000 niños- a través de entrevistas periódicas con sus padres.
De la totalidad de los niños que participaron, sólo un 29% de los nacidos a término habían sido amamantados. De los prematuros, sólo un 21%.
Los cuestionarios -a los padres- incluían preguntas sobre el comportamiento de sus hijos, que iban desde conflictos emocionales (como la ansiedad y la hiperactividad), hasta problemas de conducta (mentir o robar).
Los resultados, mostraban que sólo un 4% de las criaturas que habían sido amamantadas, presentaban problemas de comportamiento.
Los que no, poseían un 16% en total. No obstante, las diferencias entre los infantes prematuros no estaba clara.Los expertos que realizaron el estudio escribieron un artículo en el que ofrecieron dos explicaciones a los problemas de comportamiento de los niños: que también “aprenden de la gente a su alrededor“.
La leche materna contiene ácidos grasos esenciales que tienen un rol importante en el desarrollo del cerebro y el sistema nervioso, pero estos se añaden a la leche en polvo por lo que es improbable que los niños no los recibieran.
Otra razón, algo más psicológica, es que amamantar “lleva a madre e hijo a interactuar, a aprender actitudes aceptables y tener menores problemas de comportamiento”.
Con esta última acepción está de acuerdo el profesor de psicología Peter Kinderman, de la Universidad de Liverpool, que considera que “la interacción positiva entre padres e hijos ayuda sobremanera al desarrollo”.
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