Tengo 32 hijos y 12 son varones. Los quiero a todos», explicaba ayer ufano ante las cámaras Halit Tekin. El último de los vástagos, un recién nacido llamado Ahmet, ha hecho que este hombre de 54 años nativo de la provincia de Hatay, en el sur de Turquía, haya saltado a los informativos.
La madre del pequeño Ahmet es su primera esposa, Nihal, con quien se casó cuando él tenía 18 años y ella 15. Pero además de ella, Tekin tiene otras tres, con las que se casó en matrimonios exclusivamente religiosos, sin respaldo civil legal. Aunque la poligamia es oficialmente ilegal en Turquía, se cree que existen más de 372.000 hombres que tienen más de una esposa, según un estudio oficial de 2013.
Tekin presume de que «se sabe los nombres de todos sus hijos y nietos», algo más difícil de lo que parece. «Con mis mujeres, niños, nueras y nietos, somos una familia de sesenta», explica. «Como no cabemos en una sola vivienda, cada familia vive en una casa separada. Nos llevamos bastante bien», asegura.
Una de sus esposas, Kogu, respalda esa afirmación, pero dice que mantener a tanta gente es un verdadero quebradero de cabeza, especialmente dada la volátil profesión de Tekin, que se dedica a cantar en bodas y celebraciones locales. Afortunadamente, cinco de sus hijos están ya casados y cuidan de sus propias familias, y otros miembros adolescentes de la familia trabajan también.
«Somos muchos, y hay veces en que apenas podemos cubrir las necesidades de la familia. El invierno ha llegado y le dan carbón a aquellos que lo necesitan. Estamos esperando ayuda de la oficina del gobernador del distrito y la Fundación de Bienestar Social», sin la que a duras penas pueden calentar las viviendas, explica Kogu a la agencia turca DHA.
Pero además, Tekin quiere batir records: «Si mi salud me lo permite, y esa es la voluntad de Dios, quiero llegar a los 50 hijos”», afirma, sentado ante la puerta de una de sus casas, rodeado de una veintena de sus criaturas y esposas.