Esta chica brasileña quería tener los ojos verdes, y para conseguirlo no se le ocurrió mejor idea que quitar las cuencas oculares de una muñeca, e introducírselas en las suyas. La tragedia estaba servida.
La adolescente, incapaz de quitarse tan tremenda lentilla, pide auxilio a su madre, quien extrañada le pregunta que cómo se ha metido el ojo en el ojo, y trata de consolar a la chica, que no para de llorar.
Fuente /Qué es