Un niño, de apenas 11 años de edad, del cual no se revela su identidad, denunció que su madre le quemaba las manos, la espalda y hasta la lengua.
La razón por la cual la madre del niño lo agredía de esta manera fue porque este no sabía leer y hacia los mandados que se le mandaba al colmado a medias.
Según cuenta el niño, que mostró todas las marcas que le han dejado las heridas ocasionadas por su madre, duró uno dos años aguantando las agresiones.