«Un psiquiatra que se cree el ombligo del mundo y que siempre saca su chapa de la Universidad de Yale, me invitó a un debate. Es imperdible el ridículo que terminó haciendo. No dejaba hablar, se ponía violento… lamentable», afirmó el conferencista argentino Agustín Laje en uj tuit luego de la acalaorado debate que sostuvo con doctor Héctor Guerrero Heredia en su programa radial «El recetsrio médico», por Rumba FM.
Laje llamó mentiroso a Guerrero Heredia tras supuestamente decir que él se había negado en el pasado a participar en su programa que antes conducía en otra estación radial.
Durante su encuentro protagonizaron un debate en relación a las causales,a la Biblia y al denominado «síndrome de post-aborto».
Y es que durante varios años Laje ha citado ese síndrome como parte de las razones por las que se opone a las causales que en estos momentos se están discutiendo en el país.
Sin embargo, el doctor le señaló a Laje que esa enfermedad no existe en el manual oficial de los trastornos mentales.
«¿Para usted no existe el síndrome post-aborto?«, le preguntó Laje al doctor Guerrero Heredia, el cual le respondió que tan condición no existe.
«Primero, el síndrome no está en el DSM… Oficialmente no existe… ¿Sabes por qué no existe? Señores, atención al público científico: Agustín Laje habla, desde el 2018 sobre un síndrome post-aborto que no existe en la psiquiatría mundial y él dice que existe», argumentó Guerrero Heredia, cuando fue interrumpido por Laje: «¿No existe? «. «No», le replicó el psiquiatra.
A seguidas Guerrero Heredia añadió: «Usted habla del síndrome post-aborto, porque a usted le hicieron un estudio fabricado en su propia universidad, en la Universidad Católica de Córboda en el 2018…donde usted estudió», aseguró Guerrero Heredia sobre la postura de Laje.
Sin embargo Laje negó esa información y señaló que él no tiene amigos en esa universidad y que desconoce ese estudió, por lo que el médico estaba diciendo una falacia, señaló el conferencista argentino.
«Usted no es el ombligo del mundo, yo no puedo darle dos horas de mi vida», concluyó Agustín Laje.
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