República Dominicana informó el domingo que prohibió la entrada a 39 poderosos haitianos, incluidos dos ex primeros ministros, el exjefe del Senado y otros políticos, por sus supuestos vínculos con el financiamiento de las violentas pandillas que siembran el terror en ese país.
La medida impide la entrada a los ex primeros ministros Laurent Lamonthe y Evans Paul, los exministros de Justicia Berto Dorce y Liszt Quitel, así como el exjefe del Senado, Youri Latortue, y los exdiputados Jean Tholbert Alexis y Arnel Bélizaire.
En la lista destacan igualmente los dirigentes políticos Gary Bodeau, Rony Célestin y Hervé Fourcand.
«Las personas cuya entrada se prohíbe (…) han tenido conflicto con el sistema de justicia de su país, en algunos casos, y con otros ordenamientos, debido a temas como el tráfico de armas, apoyo a las bandas criminales que golpean al vecino país de Haití», dijo la presidencia dominicana en un comunicado.
La decisión se enmarca, agregó el texto, en una serie de medidas que el gobierno «ha venido tomando con el interés de proteger la seguridad de los habitantes de la República Dominicana».
En diciembre pasado, Canadá anunció sanciones para los exministros Dorce y Quitel al acusarlos de corrupción y lavado de dinero en favor de bandas criminales. La medida se sumaba a la ya impuesta contra ex primeros ministros y empresarios.
Estados Unidos en febrero impuso una restricción de visas a LaTortue, Celestin y Fourcand también por estar involucrados con bandas criminales de Haití.
La restricción impuesta por República Dominicana también incluye a Rodolphe Jaar, detenido en Estados Unidos y quien se declaró culpable de participar en el asesinato del presidente haitiano Jovenel Moïse en julio de 2021.
Tampoco podrán ingresar a territorio dominicano varios poderosos empresarios como Reynold Deeb y Sherif Abdallah, sancionados igualmente por Canadá, y algunos líderes de bandas criminales como «Ti Makak».
Haití, el país más pobre de América, ha estado sumido desde hace años en una crisis económica, política y de seguridad, agravada por el asesinato de Moïse y el creciente peso de las pandillas.
La situación ha multiplicado el éxodo de haitianos indocumentados hacia su vecino dominicano, que por su parte ha endurecido su política con más redadas migratorias y la construcción de un muro en la frontera común.
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