El 1 de mayo entra en vigor en Shangai una ley que prevé que los ciudadanos que no visiten a sus padres ancianos puedan ser castigados con su inclusión en una lista negra que regula el acceso a créditos y que además pueda afectar las posibilidades de aplicar para un empleo o recibir beneficios sociales.
Luo Peixin, subdirector de la oficina legal del gobierno municipal de Shanghái, señaló que los ancianos tendrán la facultad de llevar a sus hijos desatentos a los tribunales.
"Si la corte establece que los hijos deben cumplir con sus obligaciones y estos ignoran ese requerimiento, sus datos serán grabados en el sistema público de información crediticia, lo que se convertirá en una barrera para sus actividades económicas y sociales, tales como abrir una cuenta bancaria o solicitar una tarjeta para ingresar gratuitamente a la Biblioteca de Shanghái", dijo Luo en declaraciones reseñadas por el diario oficial China Daily, según lo recopila la BBC.
¿Por qué tomar estas medidas?
Este problema está focalizado en Shangai, donde la cifra de residentes mayores de 60 años representa más del 30% de la población, el doble del promedio nacional que en 2014 se ubicaba en 15.5%.
Esta ley no es la primera en China, en 2013 una ley fue aprobada por el gobierno central en la que se establecía la obligación legal de que los hijos visiten a sus padres, de los contrario pueden ser sujetos de una demanda o multa.
"China está entrando en una etapa en la cual una gran proporción de su población está envejeciendo rápidamente y eso significa una carga tremenda para el Estado. El gobierno tiene que velar por un gran número de ancianos en términos de cuidados de salud y bienestar social", explicó Weiliang Nie, editor del servicio chino de la BBC.
El descuido no parece estar relacionado con una falta de cuidado, sino con el poco tiempo que disponen los trabajadores del país que apenas pueden manejar su absurda carga laboral con las responsabilidades familiares.
Cuando en 2013 entró en vigor la ley nacional que obliga a los hijos a visitar a sus padres ancianos hubo muchas críticas porque su redacción era muy poco precisa.
Establecía, por ejemplo, que "quienes vivan lejos de sus padres deben ir a su hogar a visitarlos con frecuencia" sin que se sepa exactamente qué periodicidad era considerada apropiada: ¿cada semana?, ¿cada mes?, ¿cada año? Y a casi tres año de su entrada en vigor, la norma ha sido aplicada en muy pocas veces, así lo menciona ABC.
Si los ancianos están en un asilo, las autoridades de este serán las encargadas de reportar la falta.