Los clones humanos serán una realidad en 50 años

El premio Nobel de Medicina 2012 no duda al respecto y afirma que la población mundial no tendrá prejuicios. "Los padres que pierdan a sus hijos podrán reemplazarlos con copias"

"Dentro de 50 años, los padres que pierdan a sus hijos en accidentes podrían clonar copias para reemplazarlos", predice el científico británico John Gurdon, ganador este año del premio Nobel de medicina.

John Gurdon, cuyo trabajo de clonación de ranas en las décadas de los ´50 y ´60, condujo a la posterior creación de la famosa y popular “oveja Dolly” en 1996 por científicos de Edimburgo, dijo que la clonación humana podría ser una realidad dentro de medio siglo. 


"Creo que cualquier cosa que pueda ayudar a reducir el sufrimiento o a mejorar la salud humana será ampliamente aceptada por el público. Por eso, si la clonación resolviera problemas y resultara útil para las personas, creo que sería aceptada", sostiene Gurdon. 

Pese a los fuertes dilemas éticos que se presentan cuando se habla de clonación, según el investigador, una vez que la técnica demuestre ser realmente útil, la población mundial dejará a un lado sus preocupaciones.

Aunque cualquier intento de clonar un ser humano completo plantearía una serie de complejos problemas éticos, el biólogo afirma que la gente no tardaría en superar sus preocupaciones si la técnica tuviera aplicaciones útiles en medicina.

"Por ejemplo, la fertilización in-vitro, que en un principio fue vista con suspicacia, tuvo una amplia aceptación tras el nacimiento en 1978 de Louise Brown, el primer bebé probeta", explica el biólogo.

Igualmente hace una salvedad. Dice que antes de que la clonación se aplique a los hombres, cree fundamental mejorar las técnicas actuales.

De hecho, la mayoría de los embriones de animales clonados son deformes.

Durante sus conferencias en la Universidad de Cambridge, Gurdon regularmente pregunta a su audiencia si estaría a favor de que los padres de los niños fallecidos que ya no son fértiles puedan clonar a sus hijos con células de su piel y óvulos de la madre, suponiendo que la técnica fuera segura y eficaz.

"El resultado promedio ante esta pregunta es de un 60% a favor", dijo.

"Las razones para el 'no' radican, por lo general, en que el nuevo hijo se sentiría como una especie de sustituto de alguien y no válido por derecho propio. Pero si la madre y el padre, en su caso, quieren seguir ese camino, ¿por qué tú o yo deberíamos detenerlos?", añade el Nobel.

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